Hace unos días, una amiga, Bel, escribió en su muro del facebook: ¿ Cuando ya nada ni nadie te ata, quién te mantiene? Yo le respondí que mi gato y el Scrapbook. Esta simple pregunta abrió la Caja de Pandora.
Cuatro años son los que ya yace que mi madre nos dejó, a los 68, en su mejor momento. Le agarró un cáncer de esos que tansólo un 2% tiene curación. Se le apagó la luz mientras yo, a su lado, intentaba decirle que no tuviera miedo, que se encontraría con todos nuestros seres queridos que la estaban esperando. Fue la primera vez que veía morir a alguien... y esa imagen, la imagen de sus ojos yéndose, no consigo que se me borre de la memoria. Algunos me animan diciéndome que me eligió a mi para iniciar su nuevo camino, pero para mí, el recuerdo, es bastante insoportable.
Un amigo me recomendó un libro de Jorge Bucay, El camino de las lágrimas. En uno de sus capítulos, contaba el Proceso de Identificación [yo que lo subrayo todo sin ningún pudor, por mi mala memoria, esta vez no lo hice]. En él nos recuerda que hay algo de esa persona que queda en nosotros y escribo, si las lágrimas me lo permiten, la conciencia de lo que el otro dejó en mí y la conciencia de que por eso siguen vivas en mí las cosas que aprendí, exploré y viví.
Hoy quiero hacerle un homenaje a mi padre. Al que con 72 años y un alzheimer muy abanzado se le está apagando la luz. Fue él, que con una de sus muchas aficiones, me inició sin darse cuenta en el scrap. Me dejó su guillotina, sus libros de encuadernación, sus cajas tuneadas, su pasión por el taller y por crear.
≈ Forever ensemble ≈
Esta foto la hice este verano, ya ni me reconoció
≈ De ellos me queda todo lo que soy! ≈
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